Trastornos de conducta

Los denominados problemas de conducta se están convirtiendo en una fuente de preocupación para las familias, la escuela, y la sociedad en general. Suelen aparecer cuando los niños/as tienen que cumplir determinadas normas y someterse a un cierto grado de disciplina que suponga no conseguir una satisfacción inmediata. Algunas de estas conductas son importantes y necesarias para el adecuado desarrollo y formación de la propia identidad, así como la adquisición de habilidades de autocontrol y desarrollo personal. Sin embargo hay casos en los que la frecuencia e intensidad de sus reacciones, se sitúan por encima de lo adecuado a su edad y grupo de referencia.

La mayor parte de los problemas de conducta pueden explicarse como un desajuste dentro del contexto del niño/a, que si permanece en el tiempo pueden ser señalados como problemáticos, añadiendo dificultades de normalización en adaptación al grupo y a su grado de desarrollo.

Los cambios de normas y valores se producen actualmente de manera vertiginosa, valorándose en muchos casos, el individualismo y la consecución de bienestar inmediato, por lo que aparece una escasa resistencia a la frustración, que puede desencadenar conductas de descontrol en el ámbito familiar, social y escolar.

Los trastornos de conducta más frecuentes en la infancia, como las rabietas, el oposicionismo, la desobediencia…., suelen resultar perturbadores para la familia, cuando la magnitud, frecuencia o perseverancia en el tiempo de las mismas son excesivas.
Suponen un desafío a la autoridad afectando al vínculo relacional , momento en el que pueden necesitar la intervención de un profesional que les oriente a tomar las medidas más adecuadas para su mejor resolución.
En la actualidad estos problemas van al alza, al tiempo que aparecen a edades más tempranas.

Con mayor frecuencia nos encontramos con casos de retraimiento, fobias escolares, acoso y aislamiento escolar y/o social, evitación retraimiento, ansiedad, trastornos adaptativos,… Es necesario aumentar la capacidad del niño/a para resolver problemas, aumentando la capacidad de comunicación y control de impulsos.

Si tu hijo presenta alguna de estas características:

- Transgresión de las normas.
- Agresividad.
- Impulsividad.
- Ausencia de sensibilidad a los sentimientos de los otros.
- Carácter manipulador.
- Falta de respuesta, o respuesta inadecuada a los premios y castigos.
- Comportamientos inapropiados para su edad.
- Se muestra exigente, intolerante y/o autoritario.
- Parece no admitir el “no” como respuesta.

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